Con el 16,01% de las actas computadas, la dirigente del Partido Libre obtenía el 53,44% de los votos, seguida por Nasry Afura, que sacó el 34,01%. Así se pone fin a 12 años de gobiernos del Partido Nacional, cuestionado por corrupción y vínculos con el narcotráfico.
La candidata opositora de izquierda Xiomara Castro, del partido Libertad y Refundación (Libre), lideraba este lunes a la mañana el recuento de las elecciones a una sola vuelta celebradas el domingo en Honduras, y con el 42% de los votos escrutados lograba un 53,52%, mientras el candidato oficialista, Nasry Asfuraue Asfura, del Partido Nacional (PN), alcanza el 33,95%.
Así lo informó el Consejo Nacional Electoral (CNE) en un comunicado que ubica en tercer lugar al aspirante del Partido Liberal, Yani Rosenthal, con 9,20%, informó la agencia de noticias AFP.
De conformarse la tendencia, la esposa del derrocado presidente Manuel Zelaya (2006-2009), se convertirá a sus 62 años en la primera mujer en gobernar Honduras.
El derrocamiento de Zelaya inauguró el «ciclo de golpes blandos» en América latina, que después se repitió en Paraguay, Brasil y Bolivia y amenazó con concretarse en varios países con Gobiernos progresistas de la región.
Castro y Asfura se declararon en la noche del domingo vencedores, a pesar de las órdenes del CNE a los partidos políticos de esperar los resultados oficiales.
«¡Buenas noches, ganamos!», dijo Castro en una aparición pública frente a sus simpatizantes, y prometió un «Gobierno de reconciliación».
«Tiendo la mano a mis opositores porque no tengo enemigos, llamaré a un diálogo (…) con todos los sectores» de Honduras, aseguró.
GRACIAS HONDURAS
Esta victoria es de ustedes.
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No obstante, «ningún candidata o candidato se puede declarar ganador hasta que se procese la última acta», advirtió el presidente del CNE, Kelvin Aguirre, en conferencia de prensa.
En Tegucigalpa, la capital, se lanzaban fuegos artificiales, mientras que caravanas de simpatizantes de Castro recorrían las calles en varias ciudades del país.
Aguirre habló de una participación «histórica» del 62% de los electores: 3,2 millones de ciudadanos acudieron a sufragar en unos comicios sin balotaje.
El ganador sustituirá al presidente Juan Orlando Hernández, del PN, quien gobernó por dos períodos consecutivos y culmina su mandato en medio de acusaciones de narcotráfico desde Estados Unidos.
«Cuando las actas entren a la capital se va a demostrar que el Partido Nacional con ‘Tito’ Asfura ha ganado una vez más el proceso electoral», comentó en un mitin el dirigente y candidato a diputado, Jorge Zelaya.
Violencia y pobreza
Quien gane las elecciones deberá asumir un país golpeado por la violencia de las pandillas, el narcotráfico y dos feroces huracanes que en 2020 arrasaron la nación, donde el 59% de sus 10 millones de habitantes vive en la pobreza.
El desempleo pasó de 5,7% en 2019 a 10,9% en 2020, en gran parte debido a la pandemia del coronavirus. Todo ello empuja a miles de sus ciudadanos a tratar de migrar irregularmente a Estados Unidos en busca de trabajo.
«Nuestro compromiso es garantizarle al joven que aquí en su patria va a encontrar lo que necesita para generar oportunidades y un bienestar para su familia. Es una garantía y una promesa que hemos hecho», sostuvo Castro.
La candidata, que afirmó su favoritismo en el último tramo de la campaña, promueve un «socialismo democrático» con una agenda que incluye la legalización del aborto en causales como violación, y está abierta a discutir el matrimonio igualitario, lo que le ha costado que sus rivales la tilden de «comunista».
«Muchas características de Venezuela las quieren traer aquí a Honduras y no las aceptamos», dijo el domingo Rosa Díaz, una ama de casa de 26 años.
«¿Cuál comunismo, si aquí en Honduras el que no trabaja no come? Yo nunca he vivido por un partido», dijo por su parte Guadalupe Rodríguez, una vendedora ambulante de comida, de 54 años, quien votó por Castro.
En estos comicios también se eligen a 128 diputados, 298 alcaldes y 20 representantes del Parlamento Centroamericano.
Los días previos a los comicios revivieron los temores de un posible fraude, denunciado por la oposición en 2017.
Durante la campaña fueron asesinadas al menos 31 personas vinculadas a los comicios, según el Observatorio de la Violencia de la Universidad Nacional. Esto hizo temer incidentes si una de las partes desconocía los resultados.
Asfura, de 63 años y actual alcalde de Tegucigalpa, también llegó a estos comicios como favorito. Fue apoyado por un partido sólidamente organizado y las oportunas entregas de bonos del Gobierno a familias vulnerables.
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